Santo
Toribio

Santo
Tori
bio

Monje u obispo, dos figuras que dan vida a la fiesta

«En la historia y en la leyenda de la ciudad de Palencia está inmersa la figura de santo Toribio»

Toribio: obispo de Astorga o monje eremita

Toribio, obispo de Astorga

Desarrolla su labor pastoral en Palencia a mediados del siglo V, en plena decadencia del Imperio romano de Occidente. Bajo las órdenes pontificias de León I, y viendo que la ciudad está minada por el priscilianismo, se dirigió a ella para combatir esta influencia. Sus primeras predicaciones no producen fruto y contrariado por la rebeldía de los palentinos, pide a Dios un milagro para alejarlos de esta corriente. Fue entonces cuando el rio Carrión se desborda e inunda la ciudad. Viendo entonces los palentinos este castigo divino, se arrepienten y abrazan la doctrina católica. Una tradición de la que se hace eco Alonso Fernández de Madrid (1474-1559).

Toribio, monje eremita

Tras su figura hay sucesos maravillosos, pero también bastante documentación histórica. En concreto, una carta de Montano, metropolitano de la Cartaginense durante el segundo Concilio de Toledo y que encuentra el Canónigo Jesús San Martín, archivero de la Catedral. Con esta documentación se ha podido saber que Toribio, el anacoreta, vivió en un lugar solitario (que pudo ser el cerro del Otero) dedicado a la contemplación, la penitencia y a combatir la herejía de Prisciliano. Además, se sabe que esté sufrió un apedreamiento por parte de los partidarios de esta corriente y poco después la inundación de la ciudad. Algo que llevó al arrepentimiento al pueblo y al clero palentino; patente en el voto de Cabildo y Ciudad de ir en procesión todos los años al Otero.

Monasterio de San Martín

Monasterio de Santo Toribio de Liébana

Este mismo monje, Toribio, decide retirarse al monte La Viorna (Cantabria); donde levantará un monasterio dedicado a San Martín. Un lugar sagrado al que años más tarde, con la invasión árabe de la península, llegarán las reliquias de Toribio, Obispo de Astorga. Ambos personajes, unidos en las montañas de Potes, dan origen al santo Toribio de Liébana.

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